Está en Sevilla y puede que hasta sea la más antigua de toda EuropaEn el año 1386, un vendedor de “cepillos para barrer” decidió incorporar la venta de vinos y así comienza la historia de esta reconocida  taberna, cuyo propietario mientras despachaba vinos, hacía sus escobas que colgaba en el techo y convirtió al lugar en la primera taberna española concurrida en sus inicios por hombres de dudoso vivir.



La taberna evolucionó a posada y no a una cualquiera, sino una frecuentada por ilustres personajes, poetas y escritores como Lope de Vega, Gustavo Adolfo Bécquer, Alejandro Dumas, Lord Byron  y hasta  Cervantes pasó por aquí. A ciencia cierta no hay documentación escrita  que lo atestigüe, pero era costumbre en Sevilla que las personas importantes pasaran por esta taberna. Hasta se cree que el mismísimo Cristóbal Colón debió disfrutar de más de un jarro de vino en sus mesas.



Todo un record, durante 500 años fue propiedad de la misma familia, la de Federico apodado «el Cojo», hasta que en 1961 la venden a  familia Linares, famosos anticuarios que transforman  el edificio en un restaurante lujoso, que no tuvo demasiado éxito, hasta que fue comprado por el matrimonio Víctor Soriano Luque y Helena Valenzuela Molina que le devolvieron su antiguo prestigio y lo dirigen hasta ahora.Su gastronomía es la típica de Andalucía y de gran calidad: gazpacho, salmorejo, lentejas,  “pescaíto” frito, guisos, carrillada ibérica, cazón adobado al ajo y limón, espinacas con garbanzos y cocido entre otros.



En su decoración solo quedan del pasado dos escobas. Su nueva clientela son casi todos turistas que van a conocer una de las tradiciones más antiguas de la ciudad y la historia de su pasado glorioso.Si vas por Sevilla, una de las más soñadas ciudades de Europa, no te la pierdas, está abierta todos los días del año desde las 12:00 horas, ofrece menús diarios a partir de 15€, hay un sector de cafetería.  No hay como evitar pasar por su puerta, está ubicada junto a la Catedral, en el número 62 de la Calle Álvarez Quinteros, conocida antiguamente y como era de esperar, como la Calle de las Escobas.

De Silvia Socci

Para Destefanis Travel

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